lunes, 19 de noviembre de 2012

confesión/ tres



Decido contarlo todo.
Decir que traigo el río,
el bosque, la montaña.
Aquí y ahora,
porque ahora pero no aquí
el río me está trayendo.


I

Porqué
este abismo incomprensible
en mi corazón…
           ¿cómo hago para dejarlo ir?

llorar, llorar, llorar, llorar, llorar, llorar, llorar
                                          hasta que
                                                  mis
                                                     lágrimas
                                                              sean
                                                                      nubes…

¿Por qué duele tanto el amor?

Placer
Dolor
Amor
ES TODO
TAN parecido


II

si todo esto que
me aprieta el pecho
fuera a parar a otro lugar
¿a dónde estaría ahora?

no pretendo comprender
pero tampoco
hundirme sin sentido
¿estaré alucinando?
¿seré yo la que te abraza
en mi cama?
¿seremos nosotros?


Ahora vuelvo.
Descubro lo frágil
de la mente,
la fortaleza de mi
piel sobre tu piel.

¿Cómo será tu piel
sobre mi piel
cardo o ceniza?
¿Cómo será?


III

Conservar por un rato
la sonrisa, la sorpresa.
Conservar el llanto adentro
de un frasco o de un helecho:
sólo para humedecer la piel
en los días de sequía.

Reír de nada, reír como niña
o como rana, reír a llantos.
Separar un poco los hombros
de la cabeza, o de la silla:
bailar más seguido en el supermercado
y cantar más fuerte en la calle.

Volver en bici, volar, llorar
sentir la prisa del viento y
pedalear un poco más despacio.
Viajar. La cabeza en un globo.

Creer siempre que voy a encontrarte
a la vuelta de la esquina,
aunque sepa que estás lejos,
creer, y sonreír siempre antes de girar.




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